
El tráfico de fentanilo en EE.UU. es una realidad lejos del discurso migratorio
El 86% de los condenados en Estados Unidos son ciudadanos estadounidenses, según datos oficiales.

El tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos ha sido un problema creciente en los últimos años, y los datos revelan que la mayor parte de esta droga ingresa a través de vehículos con placas estadounidenses, conducidos por ciudadanos del propio país.
Entre 2022 y 2024, las autoridades detuvieron a 3,434 personas en los cruces fronterizos con México por intentar ingresar esta sustancia, y en el 86% de los casos, los responsables eran estadounidenses, según la Comisión de Sentencias de Estados Unidos.
San Diego, California, encabeza la lista de rutas más utilizadas para el tráfico de fentanilo, con 1,751 intentos de contrabando detectados en los últimos dos años. Tucson, Arizona, le sigue de cerca, con 1,313 casos registrados. La estrategia más común empleada por los traficantes consiste en esconder la droga en compartimentos secretos dentro de los automóviles, lo que les permite cruzar la frontera sin levantar sospechas.
Pese a estas cifras, el presidente Donald Trump ha insistido en culpar a los migrantes mexicanos y centroamericanos del tráfico de fentanilo en Estados Unidos. Sin embargo, las recientes condenas han mostrado una realidad diferente. Un caso emblemático es el de una ciudadana estadounidense sentenciada por transportar la droga en la batería de su automóvil, lo que refuerza la evidencia de que los propios ciudadanos del país están detrás de la mayoría de estos crímenes.
"Los datos no mienten. La narrativa de que los migrantes son los principales responsables del tráfico de fentanilo es políticamente conveniente, pero no se sostiene con las cifras oficiales", señaló un analista de seguridad fronteriza.
El tráfico de fentanilo sigue siendo un desafío para las autoridades estadounidenses, pero abordar el problema desde una perspectiva basada en los hechos, en lugar de discursos políticos, es fundamental para encontrar soluciones efectivas. Mientras la retórica continúe desviando la atención de los verdaderos responsables, el problema seguirá creciendo sin una respuesta adecuada.
