Ecuador pierde millones de dólares por constantes apagones

Ecuador enfrenta una crisis energética devastadora, con pérdidas económicas que ascienden a unos 12 millones de dólares por hora de apagón, según el Gobierno. El ministro interino de Energía y Minas, Roberto Luque, admitió la insuficiencia de las medidas implementadas hasta ahora para resolver esta situación.

En una conferencia de prensa, Luque reveló que el país sufre pérdidas cercanas a los 72 millones de dólares diarios debido a la falta de suministro eléctrico. A pesar de los esfuerzos por mejorar la situación, los periodos de racionamiento continúan afectando a la mayoría de las provincias, con cortes de hasta seis horas al día, e incluso más en algunos lugares.

Aunque las recientes lluvias han mejorado los caudales de los ríos que alimentan las centrales hidroeléctricas, la planta Coca Codo Sinclair, la mayor del país, tuvo que suspender su operación como medida de precaución debido al exceso de sedimento en los afluentes.

El Gobierno está considerando diversas opciones para garantizar el suministro energético, incluyendo la contratación de energía adicional y la reducción del consumo por parte del sector minero. Sin embargo, Luque reconoció que estas medidas son necesarias pero no suficientes para resolver la crisis actual.

La dependencia de Ecuador de la generación hidroeléctrica se ha visto exacerbada por una fuerte sequía, que ha agotado los embalses y ha llevado al país a depender del suministro de electricidad de sus vecinos. La suspensión del suministro desde Colombia ha agravado aún más la situación.

La falta de comunicación y acción anticipada por parte de funcionarios del sector eléctrico ha generado indignación. El Gobierno ha denunciado a varias personas, incluida la exministra de Energía y Minas, Andrea Arrobo, por presunto sabotaje y ocultamiento de información. Esta situación ha llevado a la presentación de una solicitud de juicio político contra Arrobo en la Asamblea Nacional.

La crisis energética en Ecuador no solo representa una grave amenaza para la estabilidad económica del país, sino que también ha expuesto fallas en la planificación y gestión del sector energético. Se necesitan medidas urgentes y una mayor transparencia para superar esta crisis y evitar futuros episodios similares.