Inundaciones mortales en India desencadenan una invasión de cocodrilos

Las implacables lluvias que han azotado el estado de Gujarat en los últimos días han dejado un saldo devastador, con 28 víctimas mortales y alrededor de 20,000 personas evacuadas debido a las severas inundaciones que han transformado el paisaje de la región. Estas lluvias comenzaron el pasado domingo y no han dado tregua, causando el desbordamiento de ríos y destruyendo infraestructuras locales.

Según Alok Pandey, comisionado de socorro de la ciudad de Gandhinagar, las lluvias han causado la destrucción total de 62 viviendas, mientras que otras 271 han sufrido daños parciales. El panorama es desolador, con muchas localidades completamente sumergidas bajo el agua, y donde las labores de rescate son llevadas a cabo por la Fuerza Nacional de Respuesta de Desastres (NDRF, por sus siglas en inglés) junto a la Guardia Costera de la India.

La ciudad de Vadodara ha sido una de las más afectadas, quedando parcialmente anegada tras el desbordamiento del río Viswamitri. Lo que agrava aún más la situación es la presencia inesperada de cocodrilos en áreas urbanas. Estos reptiles, empujados hacia las calles de la ciudad por el agua desbordada, han sido captados en imágenes virales, donde se les ve deambulando por las calles inundadas o reposando en los tejados de las casas afectadas.

Las autoridades han actuado con rapidez para capturar a estos cocodrilos, y hasta ahora han conseguido atrapar a diez de ellos. El oficial forestal de Gujarat, Karansinh Rajput, informó a la agencia ANI que, si bien dos de estos cocodrilos ya han sido liberados en su hábitat natural, el resto será devuelto al río una vez que disminuya el nivel del agua.

El estado de Gujarat se enfrenta a una crisis sin precedentes, donde las fuerzas de la naturaleza han causado no solo pérdidas humanas y materiales, sino también una peligrosa invasión de fauna salvaje en zonas urbanas. Las autoridades continúan trabajando incansablemente para mitigar los daños y garantizar la seguridad de los residentes, mientras la población afectada espera que las aguas finalmente retrocedan.