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Múltiples microsismos sacuden la Ciudad de México

Se han registrado al menos ocho microsismos sin activación de alertas sísmicas.

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Múltiples microsismos sacuden la Ciudad de México

La Ciudad de México ha experimentado una serie de microsismos que han generado inquietud en la población. De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), el más reciente, con una magnitud de 2.4, ocurrió alrededor de las 10:26 de la mañana del 26 de septiembre, con epicentro en la alcaldía Benito Juárez. Aunque los sismos no han sido de gran magnitud, su frecuencia ha captado la atención de los capitalinos.

 

¿Por qué se han producido estos microsismos?

Los expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han señalado que la actividad sísmica en esta región está vinculada a una falla geológica conocida como Plateros-Mixcoac, la cual ha causado más de 20 microsismos desde diciembre de 2023. La falla se extiende desde el Anillo Periférico hasta la zona de Mixcoac, y en el área se han identificado deformaciones permanentes en el suelo.

Además, los especialistas mencionan que el hundimiento gradual del suelo en la Ciudad de México, provocado por la sobreexplotación de acuíferos, es un factor clave que podría estar contribuyendo a la tensión sísmica. El proceso de recarga del acuífero en la Sierra de las Cruces, que alimenta a la zona metropolitana, también ha sido señalado como un posible desencadenante de estos eventos sísmicos de baja magnitud.

A pesar de los movimientos telúricos, que han oscilado entre 1.1 y 3.2 grados en la escala de Richter, no se han reportado daños materiales ni se ha activado la alerta sísmica, ya que estas sacudidas no cumplen con los criterios establecidos para su activación. Las autoridades han señalado que los protocolos de protección civil se han seguido, pero los temblores no alcanzaron la intensidad necesaria para generar mayores alarmas.

Estos eventos sismológicos han puesto nuevamente en el centro de atención la vulnerabilidad de la Ciudad de México, ubicado sobre una cuenca lacustre, y la necesidad de continuar monitoreando las condiciones geológicas que podrían generar movimientos más significativos en el futuro.