Murió Paola Roldán, la mujer que logró despenalizar la eutanasia en Ecuador
Su partida marca un hito en la lucha por el derecho a una muerte digna en el país.
Paola Roldán, una mujer que sufría de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y que recientemente había logrado despenalizar la eutanasia en Ecuador, falleció en Quito cuando esperaba la implementación de la legislación y los protocolos que regularán la muerte digna en el país.
El deceso de Roldán, de 42 años, fue confirmado por fuentes cercanas a la familia, mientras que su padre, Francisco Roldán, contó a medios locales que Paola "murió en paz y rodeada de su familia íntima", después de que hace tres días perdiese la voz por completo.
En un comunicado, donde no se especifica la causa ni las circunstancias por las que terminó falleciendo, la familia de Paola Roldán destacó que "la lucha de Paola por el derecho a una muerte digna y compasiva ha dejado un impacto perdurable en nuestra sociedad".
En su sentencia, el máximo tribunal de garantías del país andino dio un plazo de dos meses al Ministerio de Salud Pública para elaborar un reglamento con el protocolo de aplicación de la eutanasia.
"He vivido una vida plena y sé que lo único que merezco es una muerte con dignidad", aseveró en esa audiencia.
El deceso de Paola Roldán se produjo dentro de los plazos que la Corte Constitucional había establecido para elaborar las regulaciones sobre las que se regiría el derecho a la muerte digna en Ecuador.
Pocos días antes de que fuera emitida la sentencia, apremiaba a los jueces del tribunal para que emitieran el fallo, pues afirmaba que no sabía cuánto tiempo más iba a resistir.
"Es hora de que las personas con enfermedades raras y catastróficas seamos tratadas con la humanidad que nos merecemos", agregó.
Hace apenas una semana, Paola Roldán había indicado en redes sociales que llevaba tres meses trabajando en "un proyecto importantísimo para ella", con el que buscaba ayudar a gente que atraviesa situaciones similares a la de ella, "para que no la transiten solos".
Con el 95% de discapacidad debido a la ELA que le diagnosticaron hace tres años, Paola Roldán solo podía mover los músculos de la cara, sin mayor movilidad en el resto del cuerpo.
"Les amo", fueron sus últimas palabras.
De su lado, Farith Simón, parte del equipo legal que llevó la demanda de Paola Roldán, señaló en redes sociales que ella "ha dejado un gran legado: el derecho de las personas a decidir". "Vamos a extrañar su inteligencia, determinación y amor por la vida y los suyos", finalizó.
La partida de Paola Roldán marca un hito en la lucha por el derecho a una muerte digna en Ecuador. Su valentía y persistencia han allanado el camino para un cambio significativo en la legislación ecuatoriana, permitiendo que aquellos que enfrentan condiciones médicas terminales tengan la opción de despedirse con dignidad y sin sufrimiento innecesario. Su legado perdurará como un faro de esperanza y humanidad en la búsqueda de una atención médica más compasiva y centrada en las necesidades de los pacientes.