Día Mundial de la Dactiloscopía
La dactiloscopía es una herramienta invaluable en la lucha contra el crimen
Cada año, el 1 de septiembre marca la celebración del Día Mundial de la Dactiloscopía en honor a Juan Vucetich, un distinguido antropólogo y oficial de policía que revolucionó el mundo de la investigación criminal con su trabajo pionero en este campo.
En un esfuerzo por entender mejor el impacto de las impresiones digitales en la resolución de crímenes, Vucetich se inspiró en una conferencia de Francis Galton ante la London Royal Society sobre las marcas dejadas por los dedos.
Este evento fue un punto de inflexión en la historia de la dactiloscopía, ya que llevó a Vucetich a desarrollar las primeras fichas dactiloscópicas del mundo y a clasificar las huellas dactilares según cuatro características distintivas: arcos, presillas internas, presillas externas y verticilos.
Lo que hace que las huellas dactilares sean tan cruciales en la resolución de crímenes es que estos rasgos generan combinaciones y patrones únicos para cada individuo. Sin embargo, aunque la recopilación de una huella dactilar puede parecer relativamente sencilla, su identificación es un proceso extremadamente complejo que requiere un conocimiento profundo de los métodos de clasificación dactiloscópica.
Un ejemplo impactante del poder de la dactiloscopía se encuentra en el caso de Francisca Rojas, originaria de la ciudad de Necochea. En 1982, Rojas asesinó a sus tres hijos y culpó a su esposo por el crimen. Sin embargo, su huella ensangrentada en el buzón de su casa se convirtió en su perdición, gracias al sistema de fichas creado por Vucetich. Esta huella fue la prueba definitiva que permitió a la Policía Bonaerense identificarla como la verdadera perpetradora del asesinato.
Este caso icónico no solo reveló la utilidad de la dactiloscopía en la resolución de crímenes, sino que también demostró su eficacia en casos de investigación forense para los cuales previamente no existían respuestas.