La sobreproducción de autos eléctricos en China deja carros abandonados
Debido al incentivo económico que otorga el gobierno, algunas empresas han inflado sus cifras y han dejado miles de autos eléctricos abandonados.
En los últimos años, se ha desatado una profunda revolución en la industria automotriz, marcando un cambio histórico: la transición de automóviles que funcionan con hidrocarburos hacia modelos totalmente eléctricos. Sin embargo, China, una de las grandes potencias en este rubro, parece no tener datos positivos realmente.
El país asiático presenta un impresionante conglomerado de marcas nacionales en su mercado que fabrican autos eléctricos, dando lugar a situaciones sorprendentes. Un caso peculiar se encuentra en la ciudad de Hangzhou, provincia de Zhejiang, donde en un vasto terreno se más de 10,000 autos eléctricos, en perfecto estado, abandonados al aire libre.
Esta agridulce revelación es aún más sorprendente al descubrir que estos vehículos son prácticamente nuevos. Los automóviles, pertenecientes a diversas marcas, incluyendo BYD, uno de los tres gigantes productores de vehículos eléctricos a nivel global, junto con Geely y Neta, presentan una paradoja intrigante: están registrados y listos para ser usados, pero permanecen en el abandono.
La causa detrás de este peculiar abandono tiene dos caras. Por un lado, el gobierno chino, en un esfuerzo por reducir la contaminación, otorga incentivos financieros a las compañías fabricantes de vehículos eléctricos. Sin embargo, para continuar recibiendo estos beneficios, las empresas deben mantener ciertos niveles de venta, lo que conduce a la inflación de cifras ya la acumulación de vehículos no demandados en depósitos como este.
Por otro lado, una parte considerable de estos automóviles comparten una llamativa similitud en su propósito. Están diseñados originalmente para empresas de alquiler de autos compartidos, una tendencia en alza. Estas empresas recibieron inversiones gubernamentales para establecer sus flotas, pero varios de sus líderes decidieron desaparecer con los fondos, dejando los vehículos sin un propietario legítimo.
El paradójico paisaje de millas de automóviles abandonados y expuestos a la intemperie contradice el propósito mismo de la movilidad ecológica que se busca fomentar. En lugar de contribuir al aire más limpio, estos autos en desuso generan un impacto negativo, recordándonos que incluso en la noble aspiración de la transición hacia lo eléctrico, pueden surgir desafíos inesperados.