Acusan a Morena de enriquecimiento ilícito por “huachicol fiscal”
Según la candidata Xochitl Gálvez, el presidente de Morena, Mario Delgado, está siendo investigado en EE.UU. por actividades relacionadas con el tráfico y contrabando de combustible
Una nueva polémica rodea al gobierno del presidente de México, López Obrador y a su partido Morena. Una reciente investigación ha sacado a la luz la existencia del llamado “huachicol fiscal”, un entramado ilegal que trasciende los límites de lo meramente delictivo para convertirse en una maquinaria de financiamiento político. Según revelaciones periodísticas, este fenómeno se ha vuelto una significativa fuente de ingresos para el partido en el poder.
El portal informativo Código Magenta ha documentado que el fenómeno del huachicol ha evolucionado considerablemente desde el inicio de la administración de López Obrador, extendiéndose a diversos ámbitos geográficos y adoptando nuevas modalidades.
Código Magenta reveló que en 2021 el contrabando de combustibles en México alcanzó proporciones alarmantes: uno de cada cuatro litros de combustibles vendidos en el país ingresó de manera ilegal, representando el 25% del total. Además, el 50% de los combustibles importados en el mismo período entraron sin pagar impuestos por las aduanas fronterizas y los puertos. Estas estadísticas muestran un aumento del 123% en comparación con el último año del gobierno anterior, lo que indica un preocupante incremento del huachicol fiscal durante la administración de la Cuarta Transformación, duplicando su alcance en tan solo tres años. De acuerdo con lo informado por el portal, el huachicol fiscal representa alrededor de un tercio del consumo total de gasolina en México, generando ganancias que superan los 400 mil millones de pesos.
Además, durante el tercer debate presidencial, la candidata de Fuerza por México, Xóchitl Gálvez, desató una nueva polémica al dirigir acusaciones directas hacia Mario Delgado, presidente del partido Morena. En un momento crucial de su participación, Gálvez mencionó haber recibido información sobre una investigación en curso en Estados Unidos, que supuestamente vincula a Delgado con actividades relacionadas con el tráfico y contrabando de combustible, conocido como "huachicol".
Las implicaciones de este fenómeno van más allá de la pérdida fiscal, involucrando presuntos vínculos entre el partido en el poder y grupos criminales, los cuales se han evidenciado en investigaciones periodísticas que señalan la recepción de financiamiento ilícito para campañas políticas.
Mario Delgado ha rechazado rotundamente estas acusaciones en ocasiones anteriores, considerándolas como una estrategia política para socavar su reputación. Ante las persistentes afirmaciones, Delgado ha defendido su inocencia y ha argumentado que estas acusaciones forman parte de un intento desesperado de sus opositores por desacreditarlo.“Bueno, pues que las dé a conocer, porque quien acusa tiene la obligación de presentar pruebas. Evidentemente no, porque si me investigaran me hubieran hecho algún requerimiento y no me hubieran dejado entrar”, afirmó.
Ante esta compleja situación, persisten interrogantes sobre la responsabilidad y la complicidad de diversas instituciones gubernamentales y actores políticos en la perpetuación del huachicol fiscal, evidenciando la urgencia de una acción integral y coordinada para abordar este flagelo que amenaza la estabilidad y la legalidad del país.