Canadá en crisis política tras renuncia de la vice primera ministra
Chrystia Freeland, figura clave del gobierno de Trudeau, dimite criticando políticas económicas que amenazan la estabilidad de Canadá ante los nuevos desafíos arancelarios de Trump.
La reciente renuncia de Chrystia Freeland, exviceprimera ministra y figura clave en el gobierno de Justin Trudeau, sacudió el panorama político canadiense en un momento de incertidumbre. Freeland, conocida por haber liderado la respuesta del país ante la administración anterior de Donald Trump, criticó a Trudeau por priorizar decisiones políticas que, según ella, aumentarán el déficit y debilitarán la economía frente a nuevas amenazas arancelarias de Estados Unidos.
La dimisión ocurre tras las advertencias del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, sobre imponer aranceles del 25% a los productos de Canadá y México si no se fortalecen las políticas migratorias y de control de drogas. Freeland expresó en su carta de salida que las estrategias recientes de Trudeau, como la suspensión del impuesto sobre las ventas y la entrega de cheques a contribuyentes, son tácticas populistas que afectan la estabilidad fiscal del país.
Freeland, quien también fungía como ministra de Finanzas, debía presentar un plan económico destinado a reforzar la seguridad fronteriza con EE. UU. Sin embargo, su salida dejó al descubierto tensiones internas dentro del Partido Liberal, provocando que otras figuras clave, como Sean Fraser, también presentaran su dimisión. El liderazgo de Trudeau ha comenzado a ser cuestionado incluso por miembros de su propia bancada, quienes piden elecciones anticipadas.
Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, aprovechó la crisis para exigir la dimisión de Trudeau y la convocatoria de elecciones federales, respaldado por las encuestas que colocando a su partido con una ventaja considerable. La creciente salida de miembros del gabinete refleja un debilitamiento interno en el gobierno, al tiempo que aumenta la presión sobre Trudeau, quien debe decidir entre convocar elecciones, resistir en el cargo o enfrentar desafíos dentro de su partido.
El primer ministro canadiense enfrenta un dilema complejo: convocar elecciones anticipadas, ceder ante las demandas de su partido o continuar hasta las elecciones previstas en octubre. Freeland, vista como una figura posible para reemplazar a Trudeau, dejó claro en su carta que el segundo mandato de Trump representará un desafío generacional para Canadá, subrayando la necesidad de una estrategia sólida y enfocada.
La renuncia de Chrystia Freeland no solo evidencia las divisiones internas del gobierno de Trudeau, sino que también ocurre en un contexto internacional tenso que podría tener consecuencias económicas y políticas para Canadá. La creciente presión sobre Trudeau plantea un futuro incierto para el Partido Liberal y su liderazgo frente a los próximos desafíos.