Presidenta del Perú cumple 100 días de gobierno

Después de que Pedro Castillo fuera vacado por el Congreso tras haber hecho un golpe de Estado fallido, Dina Boluarte asumió de inmediato el poder al ser la única vicepresidenta de la República. Hoy, 17 de marzo, se cumplen 100 días de este suceso en medio de una crisis política que aún no termina. Como es de costumbre, este es un momento preciso para hacer un balance de su gestión. 

Al principio, Boluarte señaló que se quedaría en el poder hasta el año 2026 como corresponde. Sin embargo, las protestas pedían un adelanto electoral y la hicieron cambiar de opinión, aunque hasta la fecha no se ha logrado mucho al respecto. Lo lamentable es la suma de muertos que dejaron las manifestaciones. 

"Hubo muchas propuestas de adelanto de elecciones, pero solo como respuesta a las protestas, solo para mitigar, pero el Gobierno realmente no tuvo una estrategia, no se puso la camiseta para impulsar esto en la agenda nacional. Hoy vemos que este tema no tiene contexto, es improbable que se alcance un adelanto para el 2023 ni se logrará para el 2024, lo que vemos es más bien que todos quieren quedarse", señala Gianfranco Vigo, analista político de Cajamarca.

Por su parte, la politóloga Paula Távara, manifiesta que estos primeros 100 días han estado “marcados por un conflicto social que el Gobierno no ha sabido ni querido encontrar solución”. Y es que hasta ahora el Perú sigue marcado por la crisis y la conflictividad. 

“Incluso si pensamos desde lo técnico, habría que decir que durante estos cien días tampoco se ha mostrado ningún logro, obra o política que podamos plantear como relevante”, añade. 

Por otro lado, el historiador y docente de la Universidad Católica de Chile, José Ragas, dijo que este tiempo de gobierno de Boluarte ha sido uno de los peores en la historia del país. “La improvisación, las ansias de poder y el saqueo sistemático del Estado se han visto exacerbados como pocas veces antes. Hasta la fecha, el Gobierno carga con más de sesenta muertes y, en conjunto con el Congreso y un sector ultraconservador, ha buscado criminalizar la protesta social mediante la intimidación y la represión más brutal”, sostiene.

Hoy, con un conflicto medioambiental encima (el ciclón Yaku), el Gobierno peruano puede tener una segunda oportunidad al tomar las mejores acciones y ganar la confianza de su pueblo.