Senado aprueba reforma a la Guardia Nacional en México

Después de una extensa jornada de deliberación, el Senado de la República aprobó la reforma que transforma a la Guardia Nacional, una entidad previamente civil, para pasar a ser un cuerpo con mando militar bajo la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Esta reforma fue aprobada con 86 votos a favor y 42 en contra, sin abstenciones. El siguiente paso será la ratificación por los congresos estatales, donde se necesitan 17 votos a favor para que sea publicado en el Diario Oficial de la Federación.

Esta reforma representa un cambio significativo en la estrategia de seguridad pública de México, ya que otorga a la Guardia Nacional la facultad de investigar delitos bajo la supervisión del Ministerio Público. Según el presidente Andrés Manuel López Obrador, esta medida fortalecerá el sistema de justicia en el país, al tiempo que refuerza la presencia militar en tareas de seguridad.

Detalles de la reforma

La aprobación de la reforma implica que la Guardia Nacional ahora será dirigida por personal militar y naval con formación policial, lo que refuerza su carácter militarizado. Este cambio también otorga al Congreso la facultad de emitir leyes que regulan y limitan la participación del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea en tareas de seguridad interior y apoyo a la seguridad pública.

Asimismo, se transfiere a la Sedena la responsabilidad de los gastos operativos de la Guardia Nacional, así como el control sobre los recursos materiales que este requiere para su funcionamiento. A pesar de las críticas que acusan a esta reforma de "militarizar" a la Guardia Nacional, el gobierno defiende la medida como necesaria para enfrentar la inseguridad en el país.

Un voto dividido y polémico

A pesar de no contar con una mayoría calificada en el Senado, el partido Morena logró sacar adelante la reforma gracias al apoyo de algunos legisladores de la oposición. Uno de los casos más sonados fue el senador panista Miguel Ángel Yunes, quien votó a favor de la reforma a pesar de la oposición de su bancada, lo que le costó su expulsión del Partido Acción Nacional (PAN).

La reforma no solo traspasa el control de la Guardia Nacional a la Sedena, sino que también le otorga a sus integrantes la posibilidad de actuar bajo su propio régimen legal, lo que incluye el fuero castrense. Esto ha generado preocupación entre quienes temen que México esté avanzando hacia un modelo de seguridad pública excesivamente militarizado.

Implicaciones de la reforma

Entre las principales disposiciones de la reforma, se incluye la facultad del presidente para disponer del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea en tareas de apoyo a la seguridad pública. Además, el Congreso podrá expedir leyes que regulen la intervención de las Fuerzas Armadas en estas tareas. Por otro lado, los miembros de la Guardia Nacional estarán sujetos a un régimen legal militar, lo que implica un cambio significativo en su naturaleza.

Este nuevo cuerpo policial estará compuesto por personal militar y naval con formación en funciones policiales, dándole una estructura y funciones muy distintas a las que tenía originalmente.

La reforma a la Guardia Nacional abre un nuevo capítulo en la estrategia de seguridad pública del país. Mientras algunos celebran esta medida como una herramienta para fortalecer la lucha contra el crimen, otros ven con preocupación el creciente papel de las Fuerzas Armadas en estas tareas. Con su aprobación en el Senado y su inminente discusión en los congresos estatales, el debate sobre las implicaciones de esta reforma sigue siendo uno de los más relevantes en la agenda política.