Trump busca acabar con la ciudadanía por nacimiento y endurecer medidas migratorias
El presidente electo de Estados Unidos reafirmó su intención de implementar un plan masivo de deportaciones y cuestionar derechos constitucionales fundamentales.
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, dejó claro en su primera entrevista televisiva tras las elecciones que uno de sus principales objetivos será poner fin a la ciudadanía por nacimiento, un derecho consagrado en la Constitución del país. En declaraciones al programa Meet the Press de NBC, Trump aseguró que buscará eliminar este derecho “si es posible, mediante una acción ejecutiva”.
En la misma entrevista, Trump reiteró su postura respecto a los inmigrantes indocumentados, indicando que su administración “tendría que” deportar a todos los que se encuentren ilegalmente en el país. “Se tiene que hacer”, afirmó al ser consultado sobre sus planes para lidiar con esta población durante su mandato de cuatro años.
Estas declaraciones reafirman la retórica utilizada durante su campaña presidencial, donde responsabilizó a los migrantes de una supuesta escalada de criminalidad y prometió medidas drásticas contra la inmigración irregular.
Mientras Trump prepara el terreno para su mandato, algunos países ya han comenzado a rechazar iniciativas de su equipo de transición. El gobierno de Bahamas informó que recibió una propuesta para aceptar migrantes deportados por Estados Unidos, la cual fue rechazada de manera categórica. “El primer ministro estudió la propuesta y la rechazó firmemente”, señaló un comunicado oficial, agregando que no se han mantenido más conversaciones al respecto.
Además de Bahamas, el equipo de Trump tenía en la mira a otros países como Panamá, Granada e Islas Turcas y Caicos para que aceptaran migrantes deportados cuyos países de origen no quisieran recibirlos. Sin embargo, las autoridades de estas naciones también han mostrado resistencia.
Panamá aseguró no haber recibido ninguna comunicación oficial sobre la propuesta y destacó que, según el Derecho Internacional, no tiene la obligación de aceptar deportados que no sean de nacionalidad panameña. Por su parte, el Ministro de Inmigración de las Islas Turcas y Caicos afirmó que su país no permitirá la residencia de migrantes deportados desde Estados Unidos, defendiendo su soberanía en esta materia.
El ambicioso plan migratorio de Trump podría generar un problema internacional, ya que los inmigrantes deportados podrían ser enviados a países con los que no tienen vínculos ni garantías laborales. Hasta ahora, no está claro qué medidas adoptará la nueva administración para presionar a otras naciones a aceptar estas deportaciones.
Las declaraciones de Trump marcan el inicio de una administración que promete ser combativa frente a la inmigración irregular, lo que podría desatar tensiones tanto internas como internacionales. Aunque aún no se han detallado los mecanismos para implementar estas medidas, la resistencia de varios países sugiere que el camino para cumplir estas promesas será complejo. Por ahora, el debate sobre la ciudadanía por nacimiento y las deportaciones masivas se perfila como uno de los ejes más controvertidos del próximo gobierno.