Israel y Hezbolá acuerdan un alto el fuego temporal
Anuncian una pausa en el conflicto de 60 días para el desarme y la retirada de tropas.
Las armas han guardado silencio en el Líbano desde la madrugada del miércoles, tras el inicio de un alto el fuego acordado entre Israel y Hezbolá. Este pacto, mediado por Estados Unidos y Francia, busca detener las hostilidades después de más de un año de enfrentamientos y casi dos meses de invasión terrestre por parte de Israel. La tregua, que comenzó a las 4:00 am hora local, marca un paso hacia la desescalada de un conflicto que ha causado millas de muertes y desplazamientos masivos.
El cese temporal de hostilidades, que inicialmente se extenderá por 60 días, incluye el desarme del sur de Líbano y el repliegue de las tropas de Hezbolá al norte del río Litani. A cambio, Israel retirará sus fuerzas terrestres y la zona será supervisada por 5,000 soldados del Ejército libanés. Además, un organismo internacional encabezado por Estados Unidos, con la participación de Francia, Reino Unido, Alemania y un país árabe, garantizará el cumplimiento del acuerdo.
La inclusión de Francia fue un punto de tensión en las negociaciones, debido a las relaciones frías entre Emmanuel Macron y Benjamin Netanyahu tras los llamados franceses a un embargo de armas a Israel. No obstante, la mediación del diplomático estadounidense Amos Hochstein logró destrabar el diálogo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, explicó que la decisión, respaldada por 10 de los 11 ministros de su gabinete, responde a tres objetivos clave: centrar esfuerzos en Irán, permitir que las Fuerzas Armadas repongan recursos y aislar a Hamás. Por su parte, el primer ministro libanés, Najib Mikati, celebró el acuerdo como una oportunidad para el regreso de cientos de millas de desplazados y la recuperación del sur del país.
Sin embargo, la tregua no pone fin al conflicto en su totalidad. Mientras Gaza continúa bajo ataque, Netanyahu insistió en que Israel mantiene su libertad de acción para responder a cualquier violación del pacto, como el rearme de Hezbolá o el regreso de sus milicias al sur de Líbano.
El conflicto entre Israel y Hezbolá, que escaló tras la ofensiva israelí en Gaza en octubre, dejó un saldo devastador de más de 3,800 muertos y 1.2 millones de desplazados solo en el Líbano. Los bombardeos aéreos y la posterior invasión terrestre reavivaron tensiones históricas, pero también incrementaron las presiones internacionales para detener la violencia.
Aunque los sectores ultraderechistas del gobierno israelí abogaron por continuar las operaciones, el desgaste militar y la descabezada estructura de Hezbolá inclinaron la balanza hacia una pausa estratégica.
El alto el fuego entre Israel y Hezbolá representa una oportunidad para reducir tensiones y buscar una solución más estable en el Oriente Próximo. Sin embargo, su éxito dependerá del compromiso de ambas partes y de la efectividad del organismo internacional en monitorear el cumplimiento del acuerdo.