Putin amenaza con uso de armas nucleares en la guerra
Rusia actualiza su doctrina nuclear tras un ataque ucraniano con misiles Atacms, marcando un punto crítico en una guerra que ya supera el millón de víctimas.
La guerra entre Rusia y Ucrania ha alcanzado un hito de mil días con un preocupante giro estratégico. Horas después de que Ucrania empleara misiles de largo alcance de fabricación estadounidense para atacar Briansk, Vladimir Putin promulgó una renovada doctrina nuclear rusa. Este cambio establece un marco ambiguo que podría justificar el uso de armas nucleares en diversas situaciones, incluidos ataques convencionales que amenazan la soberanía territorial de Rusia o su aliado Bielorrusia.
Expertos señalan que esta doctrina deja un amplio margen interpretativo, otorgando a Putin la facultad exclusiva para decidir si una amenaza justifica una respuesta nuclear. Aunque el Kremlin asegura que solo recurriría a su arsenal como última opción, la falta de definiciones concretas sobre lo que constituye una "amenaza crítica" genera incertidumbre internacional. Esta actualización también responde al creciente apoyo militar de la OTAN a Ucrania, lo que Rusia podría catalogar como un "ataque conjunto".
El ataque en Briansk con misiles de largo alcance, autorizados por Estados Unidos, intensifica la escalada belica. Ucrania argumenta que estas acciones son legítimas en su defensa, mientras que Rusia condena los ataques como una provocación. A pesar de las tensiones, algunos analistas descartan un intercambio nuclear inminente, aunque el nuevo marco doctrinal sí amplía las posibilidades de presión estratégica del Kremlin.
La cifra de víctimas de este conflicto es alarmante. Según estimaciones, más de un millón de personas han muerto en ambos bandos, con unas 700.000 bajas rusas. A pesar de los avances militares y el control del 20% del territorio ucraniano, el conflicto sigue sin resolverse, y las tensiones con Occidente dificultan las perspectivas de una paz cercana.
La renovada doctrina nuclear rusa y el uso de misiles estadounidenses por Ucrania marcan un momento crítico en este conflicto. La ambigüedad de las nuevas políticas de Rusia y el apoyo militar de Occidente a Ucrania podrían prolongar una guerra que ya ha cobrado un costo humano devastador y que, lejos de resolverse, continúa polarizando al mundo.