Bloqueo en Nagorno-Karabaj aísla a 120,000 personas
Debido al conflicto entre Azerbaiyán y Armenia, fallece una de cada tres personas en esta región incomunicada por la escasez de víveres.
En la región de Nagorno-Karabaj, hogar de 120,000 personas de etnia armenia, se encuentra “la carretera de la vida”, el único acceso que une esta localidad con la República de Armenia. Este paso ha sido bloqueado durante casi nueve meses, desencadenando una alarmante escasez de alimentos, medicamentos, artículos de higiene y combustible en la zona, donde ahora fallece una de cada tres personas por desnutrición.
A pesar de compartir profundas raíces culturales, Armenia y Azerbaiyán han librado luchas sangrientas durante décadas por el control de las tierras de Artsaj, una república autoproclamada que no figura en el mapa mundial, resultando en miles de vidas perdidas.
El alto el fuego mediado por Rusia, tras la guerra de 2020, contemplaba el despliegue de fuerzas de paz rusas para garantizar la seguridad de los armenios étnicos y permitir la libre circulación de personas y bienes a través del corredor de Lachin, “la carretera de la vida”, hacia Karabaj y Armenia.
Sin embargo, con Rusia involucrada en la guerra en Ucrania, Azerbaiyán bloqueó el camino en diciembre pasado, estableciendo su propio puesto de control militar. Azerbaiyán alega su "derecho soberano" y la "plena restitución de su integridad territorial" para justificar esta acción y acusa a Armenia de utilizar la carretera para traer suministros militares, una acusación que Armenia rechaza.
Organizaciones humanitarias internacionales, como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y Halo Trust, son las únicas con acceso a la región, pero Halo Trust ha suspendido las operaciones debido a la fatiga de su personal.
La crisis ha llevado a Estados Unidos a exigir a Azerbaiyán que restablezca la libre circulación en el corredor de Lachin en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, los armenios expresan su escepticismo y han iniciado protestas en Ereván para presionar a la ONU a través de la entrega de alimentos y sacos de harina. Mientras tanto, Azerbaiyán sigue negando la existencia de una crisis humanitaria y propone una ruta alternativa a través de Agdam, ciudad recuperada en la guerra de 2020.