La UE busca eliminar el caucho en el césped artificial
Buscan alternativas sostenibles al césped artificial debido a la contaminación por microplásticos, lo que afecta a deportes como el fútbol y pádel.
El mercado del césped artificial ha experimentado un crecimiento constante en los últimos años, con un volumen estimado de negocios de más de 3,500 millones de dólares para 2028, según un informe de Data Bridge Market Research. Sin embargo, surge un gran problema: la mayoría de estas superficies contaminan y plantean riesgos para la salud.
Ante esta problemática, la Unión Europea ha emitido una prohibición en el uso de ciertos materiales, como el caucho, en campos de fútbol y otras superficies deportivas de césped artificial. Estas superficies con granulado de caucho conllevan la liberación de sustancias químicas perjudiciales para la salud humana y contribuyen significativamente a la contaminación por microplásticos en el medio ambiente.
Cada año, aproximadamente 16,000 toneladas de microplásticos derivados del caucho terminan en el entorno, propagándose desde los campos de deporte a través de la lluvia y el calzado deportivo. La Comisión Europea sostiene que el material granulado de caucho es la principal fuente de emisión de microplásticos.
Para abordar este problema, se están investigando alternativas al uso de caucho en los campos de césped artificial. El proyecto LIFE4TC propone un sistema con césped que utiliza partículas más grandes, un sistema de drenaje que evita la fuga de partículas al medio ambiente y un relleno a base de ecolasteno, un material reciclado de origen agrícola que no se degrada con el uso ni con la radiacion ultravioleta.
Además, se han explorado soluciones de origen biológico, como el uso de corcho como material de relleno en campos de césped artificial. Sin embargo, estas soluciones requieren más mantenimiento y tienen una vida útil más corta en comparación con el caucho.
La prohibición del caucho en el césped artificial es un paso importante para abordar la contaminación por microplásticos y proteger la salud de los deportistas y el medio ambiente. Aunque el regreso al fútbol de barro puede parecer nostálgico, la búsqueda de alternativas sostenibles es esencial para garantizar un futuro más limpio y saludable en el deporte.