Más de 30 lideres mundiales se reunieron para buscar impulsar la energía nuclear
Países como China, Estados Unidos y Francia, se congregaron en Bruselas para abogar por la energía nuclear para combatir el cambio climático y garantizar la autonomía estratégica.
Líderes y representantes de más de 30 naciones se congregaron en Bruselas con un objetivo claro: impulsar el uso de energía nuclear como respuesta a la crisis climática y como medida para alcanzar una mayor autonomía estratégica, especialmente en vista de la actual dependencia de Rusia en este ámbito.
Esta cumbre, organizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), reúne a representantes de más de 50 países, incluidos Estados Unidos y China, subrayando la importancia global del debate.
El retorno de la energía nuclear a la agenda europea refleja un cambio significativo en la política energética del continente, con países como Francia liderando un movimiento hacia una regulación más favorable a esta fuente de energía. Esta tendencia contrasta con años anteriores, donde Alemania marcó la pauta al abandonar gradualmente los reactores nucleares. Sin embargo, recientes pronunciamientos de figuras como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, han recalibrado la visión de la UE, incluyendo la energía nuclear en su lista de inversiones "sostenibles".
Rafael Grossi, director del OIEA, figura clave en esta cumbre, defiende la energía nuclear como una "fuente de energía limpia y fiable" indispensable para abordar los desafíos globales actuales. Su presencia resalta la creciente aceptación internacional de la energía nuclear como una solución vital. La inclusión de la energía nuclear en la agenda europea no solo busca enfrentar el cambio climático, sino también fortalecer la autonomía energética del continente y reducir su dependencia de fuentes externas.
Este encuentro marca un hito en el resurgimiento de la energía nuclear como un tema central en la agenda internacional, evidenciando una convergencia de intereses en torno a su papel en la transición energética global. Aunque persisten preocupaciones y debates sobre su seguridad y viabilidad a largo plazo, la cumbre representa un paso significativo hacia la reevaluación de esta fuente de energía en el contexto de los desafíos ambientales y geopolíticos del siglo XXI.