
Israel aprueba nueva ofensiva militar en Gaza que incluye ocupación del territorio
El gobierno de Israel aprobó una nueva ofensiva en Gaza que incluye el desplazamiento masivo de la población civil, una medida que ha sido calificada por organismos internacionales como potencial crimen de guerra.

El gabinete de seguridad de Israel aprobó por unanimidad un nuevo plan militar denominado “Operación Carros de Gedeón”, que contempla la conquista total de la Franja de Gaza. Según un funcionario israelí, la ofensiva incluiría la ocupación prolongada del territorio, el desplazamiento de la población civil hacia el sur, el desmantelamiento del grupo Hamás y la liberación de los rehenes que aún permanecen en poder del grupo.
El plan también prevé el reclutamiento de decenas de miles de reservistas y no se aplicará completamente hasta después de la visita del expresidente estadounidense Donald Trump a Medio Oriente la próxima semana. Mientras tanto, continúan los intentos por alcanzar un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes.
Desde el inicio del conflicto, el 7 de octubre de 2023, tras un ataque de Hamás en territorio israelí, se estima que al menos 59 personas siguen secuestradas en Gaza, aunque sólo 24 estarían vivas. La respuesta militar de Israel ha dejado cerca de 52,000 palestinos muertos, la mayoría civiles, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, cuyos datos son considerados fiables por agencias internacionales.
El primer ministro Benjamín Netanyahu, requerido por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra, afirmó que el nuevo objetivo es derrotar a Hamás y que la población civil será desplazada “para su propia protección”. Sin embargo, el derecho internacional prohíbe el desplazamiento forzado de civiles en contextos de conflicto, considerándolo un crimen de guerra.
El Ejército israelí ha confirmado que el traslado forzoso de la mayoría de la población gazatí al sur es parte central de la operación. No se ha aclarado el destino de quienes no puedan o no deseen evacuar. Algunos funcionarios han mencionado un “programa de transferencia voluntaria” hacia terceros países, lo que ha sido calificado por Naciones Unidas como un acto de limpieza étnica.
El ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, declaró públicamente que “ha llegado el momento de ocupar Gaza”, y altos mandos militares han asegurado que esta vez el Ejército no se retirará, sino que mantendrá su presencia en las zonas conquistadas.
Crisis humanitaria y restricciones a la ayuda
Desde marzo, Israel ha bloqueado la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. La escasez de alimentos y medicinas es extrema, y diversas organizaciones han advertido que el sistema humanitario está al borde del colapso. Naciones Unidas ha alertado que impedir el acceso a ayuda en estas condiciones podría constituir un crimen de guerra.
Israel argumenta que el bloqueo busca impedir que Hamás desvíe los suministros, pero un documento interno del gobierno propone nuevas restricciones, como limitar los accesos a un solo punto fronterizo con Egipto y transferir la ayuda a centros controlados por empresas de seguridad bajo supervisión militar. Estas medidas han sido rechazadas por todas las agencias de la ONU en Gaza, que las consideran contrarias al derecho humanitario y parte de una estrategia de presión sobre la población civil.