Más del 25% de los ciudadanos con discapacidad en la UE enfrentan dificultades económicas
Una nueva tarjeta de discapacidad busca mejorar la movilidad y el acceso a beneficios en toda Europa.
En la Unión Europea, más de uno de cada cuatro adultos vive con alguna forma de discapacidad, y se enfrentan a una realidad financiera compleja que supera en desventaja al resto de la población. Mientras el 16.2% de los ciudadanos sin discapacidad tienen dificultades para cubrir sus gastos, el porcentaje asciende a un 25.5% entre las personas con discapacidad, de acuerdo con datos recientes de Eurostat para 2024.
La situación es aún más grave en países como Grecia y Bulgaria, donde las personas con discapacidad reportan los mayores problemas económicos. En contraste, naciones como Luxemburgo, Finlandia, Países Bajos y Suecia muestran las cifras más bajas, lo que refleja un sistema de apoyo más sólido y accesible en estos países.
Además de los gastos básicos, las limitaciones financieras afectan el acceso a momentos de ocio y descanso. Más del 40% de las personas con discapacidad en la UE no pueden permitirse una semana de vacaciones al año, en comparación con el 24,2% de las personas sin discapacidad. Este impacto es particularmente pronunciado en los países del este de la UE, siendo Rumanía, Bulgaria y Hungría los que presentan los mayores índices de personas con discapacidad que no pueden acceder a unas vacaciones.
Este contexto coincide con la implementación de un nuevo proyecto de la Unión Europea, que busca facilitar la movilidad y mejorar el acceso a servicios para las personas con discapacidad. La tarjeta de discapacidad de la UE, que fue aprobada recientemente, promete asegurar que los ciudadanos con discapacidad puedan gozar de descuentos, espacios de estacionamiento reservados y prioridad en servicios públicos y privados en todos los países miembros.
Sin embargo, el proceso de implementación de esta tarjeta ha generado críticas, ya que los estados de la UE tendrán hasta 30 meses para adaptar sus sistemas y 12 meses adicionales para aplicarla plenamente. Esto significa que el proyecto no estará completamente vigente hasta dentro de casi tres años y medio.
La Unión Europea da un paso adelante en el reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad, aunque los plazos de implementación muestran que la integración plena sigue siendo un desafío a largo plazo. Mientras tanto, las dificultades económicas y las barreras de acceso continúan limitando la calidad de vida de este grupo, especialmente en los países con mayores tasas de desigualdad económica.