Día de las Personas con Discapacidad: Falta Inclusión
Las personas con discapacidad, sin importar cual sea esta, han enfrentado un difícil camino en la sociedad y el ambiente laboral no es la excepción.
En la gran mayoría de las compañías es posible encontrar obstáculos habituales para quienes sufren algún tipo de discapacidad. Estos aluden directamente a la falta de accesibilidad universal, y se traducen directamente en barreras para las PcD (Personas con Discapacidad). Esto conlleva una gran deserción de empleos, principalmente debido a la pérdida de la autonomía. Lo anterior, sumado a la falta de intermediación laboral, agrava directamente las brechas que ya existen.
Para contrarrestar esto, a principios de noviembre comenzó a regir la nueva Ley de Inclusión, que establece la figura del Gestor de Inclusión dentro de las empresas.
“La figura de gestor de inclusión laboral viene, sin duda, a fortalecer las legislaciones que existían anteriormente. Es un tremendo avance y sin duda ayudará a que las empresas empiecen a cuestionarse las formas en cómo operan. Pero lograr una organización inclusiva en su totalidad, requiere un cambio de cultura profunda, que debe ser tomada desde la raíz. El gestor nace como una figura que debe velar porque las personas con discapacidad tengan todo lo necesario, en igualdad de derechos y oportunidades, mediante la creación de un plan de inclusión, un plan de capacitación y conocimientos teóricos de la materia. Sin duda es un avance, pero aún nos queda mucho camino por recorrer”, señala Catalina Fernández Correa, Líder de Diversidad e Inclusión de ManpowerGroup.
Teniendo como contexto el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se conmemora el próximo 3 de diciembre, lo anterior cobra especial relevancia. Sobre todo, en una sociedad que muchas veces no se encuentra lista para incluir a todas las personas en igualdad de derechos y oportunidades.
Para que exista una real inclusión en los ambientes laborales, es necesario un mayor entendimiento de la realidad a la que se enfrentan diariamente las personas con discapacidad. Que los colaboradores de todos los cargos se “pongan los lentes de la discapacidad” y comiencen a mirar su día a día con otros ojos.
“Que entiendan sobre la necesidad de garantizar la accesibilidad universal desde el origen, de cómo nacen las cosas. Que cuando vayan caminando por la calle puedan detectar las falencias del sistema urbano y que, a su vez, lo vean en sus propias oficinas y en el trato diario entre personas, nos habla que vamos por buen camino, ya que este largo recorrido empieza por ponerse los zapatos de la empatía”, concluye la experta.
El camino de la inclusión es un camino de constante aprendizaje y de mucha paciencia. Sin duda es un buen punto inicial, con miras a transformaciones que lleven a organizaciones diversas e inclusivas para todas las personas, siempre en igualdad de condiciones.