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Un medicamento contra el cáncer podría ofrecer una nueva esperanza para el Parkinson

Científicos descubren cómo un tratamiento aprobado por la FDA podría frenar esta enfermedad neurodegenerativa.

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Un reciente avance en la investigación del Parkinson podría cambiar el curso del tratamiento para esta devastadora enfermedad. Un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad Johns Hopkins, identificó un mecanismo clave que permite la propagación de los dañinos cúmulos de alfa-sinucleína en el cerebro, y descubrió cómo un medicamento utilizado para tratar el melanoma podría interrumpir este proceso.

El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común del mundo, después del Alzheimer, y afecta a más de 8.5 millones de personas globalmente. Este trastorno progresivo del movimiento se caracteriza por temblores, rigidez muscular, alteraciones del equilibrio y dificultades en el habla, que empeoran con el tiempo.

En etapas avanzadas, puede llevar a la pérdida de capacidades motoras y cognitivas. Su principal causa es la degeneración de las neuronas productoras de dopamina en el cerebro, asociada a la acumulación de cuerpos de Lewy, compuestos principalmente por alfa-sinucleína mal plegada.

Aunque se sabe que esta proteína cumple funciones esenciales en la comunicación neuronal, su acumulación en forma insoluble resulta tóxica para las células. Sin embargo, aún no está claro si su presencia es una causa directa del Parkinson o un simple marcador de la enfermedad.

 

Proteínas que facilitan la propagación de alfa-sinucleína

El estudio publicado en Nature Communications reveló cómo dos proteínas de la superficie celular, Aplp1 y Lag3, trabajan juntas para facilitar la entrada de alfa-sinucleína a las células cerebrales. Experimentos con ratones genéticamente modificados mostraron que la eliminación de cualquiera de estas proteínas disminuía la absorción de alfa-sinucleína, pero solo al eliminar ambas se logró una reducción del 90%. Este hallazgo indica que la interacción entre Aplp1 y Lag3 es crucial en la propagación de los cúmulos tóxicos.

“Ahora que sabemos cómo interactúan Aplp1 y Lag3, podemos comprender mejor el papel de la alfa-sinucleína en el avance del Parkinson”, explicó Xiaobo Mao, uno de los neurocientíficos responsables del estudio.

El avance más destacado del estudio fue la evaluación de un medicamento contra el melanoma que contiene un anticuerpo anti-Lag3, conocido como nivolumab/relatlimab. Este tratamiento, ya aprobado por la FDA, bloquea la interacción entre Aplp1 y Lag3, impidiendo la formación de los cúmulos tóxicos de alfa-sinucleína. En modelos animales, el fármaco logró prevenir eficazmente la propagación de la enfermedad en el cerebro.

“El anticuerpo anti-Lag3 demostró ser más efectivo que simplemente eliminar Lag3, debido a su capacidad para interrumpir la colaboración entre Aplp1 y Lag3”, afirmó Ted Dawson, otro de los neurocientíficos de Johns Hopkins involucrados en el proyecto.

A pesar de los resultados prometedores, los investigadores enfatizan que aún falta mucho camino por recorrer antes de poder aplicar este tratamiento en humanos. El próximo paso será evaluar el anticuerpo anti-Lag3 en modelos animales más complejos de Parkinson y Alzheimer, ya que esta misma proteína también está vinculada a otros trastornos neurodegenerativos.

Este hallazgo representa una nueva esperanza para millones de personas afectadas por el Parkinson, una enfermedad para la que, hasta el momento, no existe cura. La posibilidad de adaptar un medicamento ya aprobado podría acelerar considerablemente el desarrollo de terapias efectivas para ralentizar su avance. Este descubrimiento también abre la puerta a una comprensión más profunda de los mecanismos que subyacen a las enfermedades neurodegenerativas, ofreciendo un rayo de esperanza en la lucha contra estos devastadores trastornos.